Cuando por fin sientes que está en tus manos, lo único que puedes hacer es pedir a todo el panteón que lo mantenga contigo.
Entonces todos tus conocimientos te estorban. Sabes que nada es permanente y aún así ruegas porque no se acabe.
Da mucho coraje conocer las limitaciones propias… da mucho alivio encontrar respuestas a los problemas que traen estos hallazgos.